Varsovia, 1941. Un asesino en serie pretende acabar con la última esperanza de los habitantes del gueto judío matando a sus niños y dejando tras de sí una macabra firma: a la pequeña Anna le habían cortado una mano y ahora Adam, de apenas 9 años, ha sido hallado sin su pierna derecha. Desafiando el crudo invierno polaco y la brutalidad nazi, el psicólogo Erik Cohen, antiguo discípulo de Freud en Viena, recorre la ciudad en busca del criminal. Le ayudan tan solo un viejo amigo de la infancia, Izzy, y su ansia de justicia y venganza. A fin de cuentas, por las venas de Adam corría su misma sangre. 

Con Los anagramas de Varsovia, Richard Zimler nos ofrece una apasionante novela negra, un sugerente cuento de fantasmas y un conmovedor retrato de la penosa vida en el gueto de Varsovia. Un escenario de pesadilla donde la muerte, agazapada bajo una esvástica o no, se encontraba siempre a la vuelta de la esquina.

Birnam Wood se está moviendo…

Un deslizamiento de tierra cerró el paso de Korowai, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, de modo que la ciudad de Thorndike ha quedado aislada, y una granja de un tamaño considerable de la zona, abandonada. El desastre le ofrece una oportunidad única a Birnam Wood, un grupo de jardineros guerrilleros no declarado, no regulado, a veces criminal y a veces filantrópico, que planta cultivos donde nadie se da cuenta. Durante años, el grupo ha luchado por cubrir los costes y alcanzar el punto de equilibrio. Ocupar la granja en Thorndike significaría por fin tener una oportunidad de conseguir cierta solvencia.

Pero al enigmático multimillonario estadounidense Robert Lemoine también le interesa el lugar. De hecho, lo ha adquirido para construir un búnker para sobrevivir al apocalipsis, o eso le cuenta a la fundadora de Birnam, Mira, cuando la descubre en la propiedad. Se siente intrigado por Mira y Birnam Wood; aunque sean polos opuestos desde el punto de vista político, parece que Lemoine y el grupo podrían tener enemigos en común. Pero ¿puede Birnam confiar en él? Y, a medida que se ponen a prueba sus ideales e ideologías, ¿pueden confiar unos en otros?

Un apasionante thriller psicológico de la autora de Las luminarias, novela con la que ganó el premio Booker, shakesperiano en su drama, austeniano en su ingenio y, al igual que ambas influencias, fascinante por tratar todo lo que nos caracteriza. Un estudio construido de manera brillante sobre las intenciones, las acciones y las consecuencias, así como también una consideración cautivante e inquebrantable sobre el impulso humano de asegurar nuestra propia supervivencia.

Durante su juventud, siempre fueron ellos tres: Miller, Olly y Ash. Eran inseparables, como si guardaran un secreto. Se necesitaban unos a otros. De adolescentes, condujeron hasta Los Ángeles, vivieron en un lugar destartalado en la playa de Malibú y fundaron un sello discográfico. Tuvieron éxito, fueron mejores amigos y Olly y Miller se enamoraron. Antes de que todo se desmoronara, era hermoso.

Pero Olly dejó de mirar a Miller como antes. Miller pasó una noche con Ash, lo que luego se convirtió en un matrimonio. Además, Miller y Ash regresaron a Wonderland, la isla con casas pintadas de colores de la que habían huido. Ahora Miller tiene cuarenta años y siente que está desapareciendo. Lleva gafas de sol polarizadas con tanta frecuencia que a veces se le olvida que el mundo no es verde. Por otro lado, Ash tiene una aventura con una presentadora de televisión de pelo corto, y la carrera de Olly ha terminado. Olly no quiere pensar en lo que él y el resto se deben el uno al otro. Pero después de todo lo sucedido, Wonderland es el único lugar al que tiene sentido que vaya.

Durante un largo y caluroso verano, Olly, Miller y Ash intentan descubrir qué existe entre ellos. Están tan consumidos por su amor, sus pérdidas, sus anhelos y la posibilidad de un tercer acto redentor que apenas se dan cuenta de lo que sucede entre el hijo de Miller, su mejor amigo y la chica que vive al lado.

Algunos veranos se pasan deseando que algo suceda, mientras que otros están cargados de la aterradora y estimulante sensación de que todo va a cambiar. Bienvenidos a Wonderland.